El proyecto busca respetar al máximo la edificación existente así como poner en valor las propiedades constructivas inherentes a la misma.
La propuesta intenta ampliar la estrategia de conservación del patrimonio y apuesta por una propuesta que respete los parámetros internacionales, en donde no sólo se preserve la fachada o la primera crujía de la edificación, sino prácticamente la totalidad de la construcción principal: la idea es ir más allá, y no limitarse a mantener la edificación existente sino intentar preservar su «esencia».
De esta forma, todos los elementos constructivos que se añaden buscan una armonía con el conjunto, siendo la nueva edificación discreta para que sea la existente la que resalte.
La construcción existente funcionaba en realidad como tres edificios independientes, sin ninguna conexión, y se encontraba en total estado de abandono. Tenía además un grave problema estructural y de hundimiento diferencial: la zona donde se sitúa de la ciudad son terrenos de subsuelo lodoso del antiguo lago de Texcoco, lo que hace que las construcciones se comienzan a hundir de forma desigual poniendo en grave peligro la estabilidad estructural de éstos.
Como respuesta a estos condicionantes se optó por vaciar la parte central del edificio y construir un gran patio, con lo que logró disminuir el peso y controlar los hundimientos diferenciales. Al corregir el centro de carga del edificio también se generó un sistema de circulación y ventilación que permitirá al edificio funcionar de forma unitaria y eficiente.
CH-REURBANO es un edificio de uso mixto en una ciudad en donde -absurdamente- este tipo de edificios no están permitidos. Aprovechando que se trataba de una edificación existente se logró argumentar legalmente que el edificio ya contaba con usos mixtos en su historial, y por lo tanto que podían recuperarse. Un argumento similar evitó que se tuviera que dotar al edificio con decenas de plazas de estacionamiento: un edificio donde los coches no son bienvenidos en una ciudad adicta a ellos.
La planta baja está dedicada a locales comerciales que dan vida a la calle, que la ocupan, la alumbran y la vuelven más segura. La planta primera tiene oficinas de pequeño formato ocupadas ahora por startups y emprendedores; las plantas segunda y tercera son viviendas de distintos tamaños y configuraciones y la cubierta está ocupada por un huerto urbano de la empresa “Huertos Concretos”, quienes hacen reparto de frutas y verduras de proximidad en el barrio y cuya directora vive en uno de los apartamentos del último piso y trabaja en una de las oficinas del primero.
El proyecto es una exploración hacia una arquitectura descarnada; donde se evidencia lo necesario y se remueve lo que no es indispensable. Es un proyecto que busca una armonía entre lo nuevo y lo viejo a través de la evidencia de sus valores tectónicos y su riqueza espacial; Valores en donde el paso del tiempo no cuenta, puesto que su relación es atemporal. Una obra de Cadaval & Solà-Morales.+
También podés leer esta nota en Arqa.