Villa Serrana es una urbanización de sierra que existe en el Departamento de Lavalleja desde hace más de medio siglo, pero parece haber encontrado en la década más reciente su lugar de interés para el renovado público en busca de «la casa de fin de semana».
Quizás no en los términos a los que tradicionalmente estábamos acostumbrados, porque la nueva ruralidad es temporal, y se compone de una mixtura entre la tradición productiva y las experiencias vinculadas a los nuevos deseos de paisaje, y sus posibles manufacturas asociadas que abren una serie de oportunidades para habitar o rentabilizar el paisaje a partir de las nuevas tecnologías.
Para este encargo, Juan, nos pedía una unidad mínima compuesta por dos ambientes y una batería de servicios, contemplando que en el futuro se incorporaría al mismo terreno una unidad ¨gemela¨ y por lo tanto debíamos estimar su relación e interferencias visuales para garantizar una convivencia lo menos contaminada posible.
El refugio se pensó como una anomalía en la sierra que pudiera provocar interés a partir del contraste geométrico del volumen inserto en un entorno natural. Se orientó su distribución para ser habitada y dar cobijo en estancias de corta duración, de manera itinerante, cerrando tres de sus caras al exterior y focalizando el interés sobre el horizonte más calificado. En el resto de las superficies se construyen una serie de encuadres jerarquizados que recortan y proponen segmentos de paisaje específicos que pasaron a ser parte de la experiencia interior del objeto.
El proyecto necesitaba garantizar una velocidad de montaje determinada, la elección constructiva estuvo orientada hacia una optimización material en ese sentido. Una obra de Tatú Arquitectura.
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