Maison Domecq y el valor de una idea

La reutilización, el reciclado y la transformación a través del diseño guían el hacer de Maison Domecq. Su primera línea de joyería sustentable fue premiada internacionalmente, reconociendo 12 años después, el valor de una idea.

Esta entrevista se produjo en etapas. La primera, hace unos cinco meses atrás, cuando se volvió oficial la inauguración del nuevo taller: con la pandemia, Mayte Ossorio Domecq trasladó su lugar de trabajo al hogar, donde encontró espacio definitivo. La segunda, hace unas semanas, cuando le llegó la noticia de que la estatuilla de bronce que ganó en los A’ Design Award 2021-2022 está llegando desde Lago di Como, Italia.

Lejos de ser un hecho aislado en la historia del emprendimiento de esta diseñadora industrial dedicada a la joyería contemporánea experimental y hecha a mano, el obtener el reconocimiento de tan prestigioso premio internacional es la confirmación de que los valores sustentables sobre los que se basa Maison Domecq están más vigentes que nunca. El reciclado, la reutilización y la idea de la transformación a través del diseño -combinados con el trabajo artesanal, el respeto por las personas y el cuidado del medio ambiente- son algunos de estos valores.

EL VALOR DE UNA IDEA

A’ Design Award & Competition es uno de los concursos de diseño más importantes del mundo, que premia a los mejores conceptos de diseño, productos y servicios en 100 categorías. Los proyectos son juzgados de forma anónima por un jurado compuesto por más de 200 diseñadores, académicos y miembros de la prensa. En la última edición, Mayte resolvió presentarse con la línea Raíces, la primera de la marca, que condensa el ADN de Maison Domecq. Meses después, la misma línea sería distinguida con el Sello de Buen Diseño argentino.

Decía su presentación: “El diseño de la línea Raíces fue concebido desde un punto de vista sustentable, a través de la reutilización de los óvalos sobrantes de las botas de seguridad Ombú. El objetivo: la generación de piezas únicas a través de la artesanía, maximizando su uso y la capacidad de generar diferentes patrones, a partir de cambios de color. Se buscó minimizar la lectura de la diferencia entre los óvalos. El escalonamiento permitió minimizar las diferencias, y tomar los espesores como parte fundamental en la generación de valor, y también generar rigidez y mayor solidez a las piezas propuestas”. El jurado supo leer el diferencial de esta colección de joyería en cuero recuperado, y le otorgó un premio en bronce.

+¿Por qué te interesó postularte al A’ Design Award?
En primer lugar, soy una persona competitiva. Entre 2014 y 2017 expuse en la feria Maison & Objet en París, para sentir que estaba al nivel de los artesanos y diseñadores de Europa en calidad y en creatividad; necesito esos desafíos. Cuando decidí inscribirme al A’ Design Award, fueron muchas noches sin dormir (o durmiendo poco), tratando de entender la cantidad de lineamientos que tiene este concurso: desde la redacción, el idioma, las fotos de producto y sus créditos. Fue un aprendizaje absoluto, y tan desafiante… Pero lo más desafiante fue elegir qué presentar.

+Te decidiste por Raíces, que es la línea más antigua de Maison Domecq, y te llevaste el premio de bronce.
Durante esos días, me habían consultado desde New York por el cuellito Raíces, y casualmente lo había posteado en Instagram y había tenido éxito. Algo me dijo que eso tenía que presentar y no otra cosa. A su vez, es una de las líneas que para mí merece todo, porque es la generadora de lo que es hoy la marca. Creo que lo importante es que A’ Design Award premió una idea. Maison Domecq nació hace 12 años con la idea de sustentabilidad, de reúso y reciclado. Yo venía viendo que las grandes marcas ya estaban reutilizando, y lograban buenos productos y terminaciones. Me asombra -no sé si positiva o negativamente- que el tema siga tan vigente, y que la producción sustentable no sea todavía un requisito más de la forma de diseñar.

+Contame cómo surgió esta línea de los ovalitos…
Silvia Barreto (referente en el diseño de calzado a nivel nacional), estaba trabajando en el desarrollo de unas nuevas botas con tolerancia a la rotura para Ombú, y me regaló los ovalitos que se sacan de estas botas. Me los mandaban desde Catamarca, y ya venían cortados perfectos, en proporción: 100 negros (bota del obrero), 30 marrones (bota del jefe) y 3 blancos (bota de frigorífico). Tardé varios meses en encontrarles un lenguaje, probando distintos tipos de uniones e intercalados.

+¿Qué productos fueron surgiendo de esta experimentación?
El brazalete Raíces salió en el 2009 junto con una línea que se llamaba Nude, que consistía en buscar pares de ovalitos que eran exactamente idénticos, pegarlos y entrelazarlos con una bolita metálica en el medio. Pero con el tiempo, fui descartando todo lo que no fuera cuero, minimizando el uso de materiales al máximo, para que la marca tuviera una identidad muy fuerte. El cuellito no tardó mucho en salir, junto con unos collares tipo babero, que eran como cuellitos alados.

+¿Las piezas fueron variando su diseño con el tiempo?
¡Sí! El brazalete Raíces, por ejemplo, no tenía el tipo de cierre que tiene hoy, sino el que en ese momento se usaba, que era con cadenita y mosquetón. ¡Incomodísimo! Hasta que un día decidí que tenía que ser autoponible: ¿por qué pedirle a otro que te ponga una pulsera? Entonces, tú ves un brazalete de esa época, y la estructura y las escamas se parecen, pero no tiene nada que ver con el producto que es hoy. Cómo se usa, la funcionalidad, las terminaciones. Fue mejorando.

+¿Cómo se deciden estos cambios en el diseño?
Es fundamental escuchar qué te dice el cliente, el vendedor, el usuario, e incluso uno mismo al probarse (¡yo me pruebo todo!). Te ayudan mucho los distribuidores, los vendedores. Es como una especie de asociación: te asocias con el otro, para que todo funcione. Hay un tema importante que es el uso del color, que está dividido por regiones. En Argentina siempre gana el plata; Córdoba es rojo. Como manejo una paleta gigantesca a través del reúso de remanentes (a parte de la paleta estable), eso me ayuda a tener una mejor llegada al usuario, saber qué le gusta, qué funciona, probar.

NADA ES CASUALIDAD

Mediante cortes, dobleces, plegados y pegados, el cuero plano arma volúmenes, adquiere movimiento, y pueden ser el complemento indispensable para generar acentos de color o brillo en un outfit. Maison Domecq utiliza cuero remanente de otras industrias y, cuando es nuevo, elige aquel que tenga curtido mineral, lo que le valió varios puntos cuando obtuvo la Certificación B de Triple Impacto en 2017. En 2020 lanzó la línea Juana Victoria en alpaca, que a veces combina también con cuero, y que pone en valor el oficio, la artesanía, y un material noble que perdura en el tiempo.

+¿De dónde surge el interés por la sustentabilidad?
Mi mamá era ingeniera agrónoma y economista agrícola, con un máster en ecología. Una de las cosas que ella hacía, que para mí es mágico, es que cuando yo salía, me ponía su ropita y me decía: “Esta camisita es de lamé verde francés, y tiene 20 años”. Y yo siempre me sentí la más linda del mundo a través del uso o del reúso y reacondicionamiento de materiales. El ejemplo es cómo empezó mi marca, el óvalo de la bota de seguridad Ombú que es tan dura, pasa a ser un súper collar. Además, admiro los valores de las Arts and Crafts: el hacer a mano de principio a fin, con respeto por la materialidad, el objeto, las personas. Entonces, el máster en ecología de mi madre y el amor por el trabajo artesanal son un poco la génesis de la sustentabilidad, además del reúso y del reciclado que vienen desde siempre.

UN CASO DE COLABORACIÓN

Maison Domecq tiene clientas fieles desde sus comienzos, que han sido testigos y partícipes de su evolución, y que adquieren sus productos en Tienda Candioti, Tienda Malba, la propia tienda online, o en forma directa a través de su cuenta de Instagram. Para reforzar lo que nos decía Mayte más arriba sobre escuchar al usuario, está el caso del arito trepador. A partir de un pedido específico, y posterior experimentación, una nueva pieza se sumó al catálogo.

“Una clienta me encarga un arnés rojo con una pulsera roja y metal, y me muestra el aro trepador que quería comprarse. Me estaba comprando un conjunto hermoso, hecho a medida, que no iba con ese aro, así que le pedí que me dejara hacer uno. Y se lo hice, se lo mandé todo rojo, pero lo quería combinado con plata. Entonces lo hice rojo y plata, ¡quedó fantástico! Y ahora el arito se está vendiendo, ¡fue una sorpresa! Son esas alegrías que te da el poder experimentar cosas que te dan una gratificación más allá del producto, y que tienen que ver también con expandir mi cabeza”.

+¿Hacia dónde pensás que va la marca?
Se suman otros materiales y otras ideas. Hace dos años, te dije que quería hacer prendas, y estoy pergeñando una nueva línea, que tiene que ver conmigo absolutamente, y con mi momento después del A’ Design Award, que marcó un antes y un después muy personal: fue un permitirme ser libre. Luego de 14 años de trabajo fuerte en Maison Domecq, sentí que había logrado un objetivo, y en ese sentir necesito hacer algo para mí, que hable de mis emociones revueltas.

+¿Qué tipo de prendas imaginás, de dónde vendría la experimentación?
El proyecto está muy verde todavía, pero sí tiene que ver con la textura, con el emerger, con el debajo del mar, con la experimentación full de color; con esta contradicción de la dualidad de la vida, pero vista desde un lugar muy personal. Maison Domecq ya tiene su forma de ser, su personalidad, tiene 14 años de búsqueda. Y me parece muy interesante incorporar una línea nueva, que surja casi por oposición a lo geométrico, limpio y estructurado.

+¿Esta nueva línea podrá dialogar con Maison Domecq?
En el proceso de diseño, hay momentos en donde el abanico se abre y luego se cierra. En este momento, estoy en completa apertura, y haciendo absolutamente todo lo que tengo ganas. Esta línea nueva tendrá que ver con una cápsula, y se va a unir a Maison Domecq. Por ahora, estoy utilizando materiales muy comunes, reutilizando mallas, telas. Al revés de Maison, donde el volumen se genera a través de la superposición de capas o de trabajo de superficies en el espacio, lo nuevo serán objetos 3D llevados a 2D.

«¿Por qué no combinar una pulsera Lazos dorada íntegra en un traje muy colorido? ¿De qué manera se unen? ¿Cómo es esa personalidad nueva que se puede generar?» No lo sabemos. Lo que sí sabemos, es que queremos estar ahí para verlo.+

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