Es sobre un espectacular lienzo de grises donde se desea retirarse. Se elige un sitio inspirador en Faqra, donde las formaciones rocosas talladas por milenios de lluvia y nieve componen una cuna natural acogedora con vistas panorámicas al club, el parque de rocas circundante, los valles y Beirut más allá.
Buscando una inmersión total en la naturaleza, expandimos el lienzo gris existente en volúmenes de hormigón visto hechos por el hombre que contienen las funciones íntimas de la casa. Pasando por encima de esas cajas aparentemente dispersas, un techo de zinc flota para crear un aparente recinto. Pero donde sucede el techo, desaparece el cerramiento, y donde sucede el cerramiento, desaparece el techo. La intimidad del cerramiento se opone aquí a la apertura de una transparencia extrema como no se dan de inmediato en esta casa atípica.
Las cajas contienen tres dormitorios ‘pinchados’, donde cada entrada en el giro de un ángulo se abre a un pequeño patio con un árbol, una roca y una perspectiva seleccionada hacia el exterior. Las habitaciones son mundos cálidos, completamente revestidos de madera para crear la doble pared necesaria sin exceder el estándar contemporáneo de grosor.
La zona de recepción es la ausencia de cerramiento al extremo. Sentado bajo un techo puente de 18 m de largo, su fachada completamente operable hacia el norte y el sur crea una configuración inusual para un entorno donde la posibilidad de vivir al aire libre durante la primavera, el verano y el otoño se convierte en la invitación natural.
Se ingresa a la casa desde el lado oeste a través de una escalera en cascada que serpentea alrededor de las rocas, llegando a la plataforma/terraza de recepción donde una gran piscina sobresale hacia la vista y cae en cascada hacia la calle. La esquina sureste con su formación rocosa circular existente se convierte en el receptáculo para una terraza con fuego y una terraza de recepción extendida con lavanda, rocas pequeñas dispersas y guijarros en la tradición zen.
La composición general, una multitud de volúmenes grises coronados por un techo, reitera los elementos de la iconografía de una casa. Pero es como si la naturaleza se hubiera hecho cargo, y en los numerosos huecos donde la luz se filtra en diferentes ángulos, es más una locura de jardín lo que emerge esta vez. Una obra de Karim Nader Studio.+
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