Ubicado en el corazón de Plateau Mont-Royal, cerca de Sir Wilfred-Laurier Park, el proyecto consiste en la expansión y la renovación completa de la casa unifamiliar adosada.
El proyecto traduce la intención de la familia de crear un verdadero «capullo familiar», donde el espacio funcional y acogedor se abre al exterior, dando lugar a una luz natural difusa en todas las estancias comunes. Por lo tanto, la ambición del proyecto es aportar convivencia, calidez, luz pero también un toque lúdico a esta joven casa familiar.
De esta forma, el ladrillo agregado al espacio de doble altura permite hacer el nexo entre los dos ambientes principales de la casa, el comedor y el den arriba, al mismo tiempo que marca la importancia de este último; lugares donde se reúne la familia.
Una escalera central con largueros de acero pintados de blanco y escalones de arce conecta los 3 pisos. Sumado a la doble altura y sus aberturas vidriadas en las diferentes estancias de la casa, se convierte en un espacio verdaderamente lúdico y dinámico para la familia.
De hecho, la casa está organizada en tres niveles distintos; la planta baja con los espacios habitables, el segundo piso para los niños así como el entrepiso, que constituye la extensión vertical de la casa, reservado para los padres.
En el lado del jardín, la fachada pintada de amarillo brillante visible desde el callejón verde es la imagen de la familia: dinámica y colorida. Además, el interior de la casa está salpicado de toques de esta misma tonalidad. Asimismo, el voladizo del segundo nivel dramatiza la expresión arquitectónica y formal de la fachada posterior.
Este último permite, por un lado, proteger la terraza y, por otro, crear una profundidad a través de un juego de desfases entre las fachadas contiguas no despreciable para la privacidad de sus residentes. Una obra de naturehumaine.
También podés leer esta nota en Arqa.+