Una maravillosa recorrida por la planta industrial de Fontenla en Villa Lugano, donde se crean muebles clásicos y contemporáneos que resaltan el valor de lo artesanal y la familia.
Al escuchar Fontenla, muchos asociarán la marca de muebles Premium con el equipamiento de los hoteles Sheraton, Llao Llao, Sofitel o Four Seasons. O con la renovación de los asientos de la sala del Teatro Colón. O con los juegos de comedor donde Mirtha Legrand grabó sus almuerzos televisivos durante tantos años. O más cercano en el tiempo, vincularán a Fontenla con la modelo y conductora Carolina Ardohain “Pampita” y su colección cápsula de muebles y objetos decorativos de estilo contemporáneo Pampita by Fontenla, que recientemente incorporó una línea dedicada a Babies and Teens.
Lo cierto es que podemos encontrar la producción de Fontenla en oficinas, restaurantes, bares y hasta sanatorios (en Argentina y el exterior), además de casas particulares, claro, con sus convenientes versiones outdoor. Su influencia trasciende el mobiliario y la decoración, para extenderse a carteras, fragancias textiles y perfumes corporales. La idea es crear un universo de marca Fontenla, como forma de habitar los espacios y el cuerpo.
UNA BASE SÓLIDA, CONSTRUIDA CON HISTORIA
Hace 75 años, Roberto Fontenla comenzó comercializando de muebles de estilo en un pequeño local de Flores. Cuando tuvo la edad suficiente, Roberto Miguel Fontenla (su hijo, y actual Presidente de la compañía) se sumó al proyecto, pero con la idea de no sólo vender, sino también fabricar. Supo armar un equipo idóneo, y armó un taller para producir de manera artesanal y con alta calidad, muebles de estilo inglés, Luis XV y Luis XVI.
A medida que se iban sumando procesos se anexaban talleres, hasta que en 2001 se decidió concentrar toda la producción bajo un mismo techo, que hoy es la enorme planta industrial de más de 9mil m² que Fontenla posee en Villa Lugano. Para esta época, los hijos de Roberto (Fernando y Federico), ya eran parte del staff para continuar y potenciar el legado familiar.
Con ellos me reúno luego de haber recorrido la planta, maravillada por el orden, la limpieza, y por supuesto, por el personal que en cada uno de los talleres me recibió con amabilidad y respeto, para explicarme las tareas que realizan cada día y desde hace años, con tanta dedicación y sabiduría. Pero sobre todo, con la pasión y el orgullo de ser parte de un engranaje que apunta a preservar y difundir los oficios vinculados a la producción de muebles en el país.
UNA CARPINTERÍA DE BARRIO A GRAN ESCALA
“Nuestra planta industrial es única en Sudamérica. Conjuga todos los trabajos, fusionándolos con el aporte artesanal, para llegar al mueble terminado más sofisticado de Argentina. Allí, nuestro personal más calificado trabaja de manera integral: desde el corte de la madera al lustre, pasando por el armado de carpintería, ebanistería, tapicería, respetando el trabajo manual que garantiza terminaciones perfectas”, dice la sección About de fontenlastore.com.
A esto habría que agregarle que en el polo maderero de Hudson (donde poseen la tienda de FC hogar&deco, la marca joven de Fontenla) anexaron un taller de herrería y otro de corte y revestimiento de Dekton, porque la capacidad de la planta ya está completa.
Y en el mall de Fontenla (un enorme edificio de tres pisos, a una cuadra de la fábrica) está el sector de terminación y expedición.
“Sabemos que la planta impacta, y eso nos llena de orgullo. Tenemos artesanos que están hace 40 años, y están los hijos y los nietos, que eligieron que su vida transcurriera acá. Eso nos da mucha tranquilidad, porque habla de Fontenla empresa, pero también de Fontenla como personas. Hay casos de clientes que heredaron muebles de Fontenla de su abuelo y los quieren renovar siguiendo esa tradición. ¡Hace poco nos pasó que un cliente nos mandó un presupuesto de hace 40 años! Es el resultado de 75 años de historia y de cómo se llevaron”, cuenta Federico Fontenla, Director de Fontenla y de FC hogar & deco.
En el recorrido por la planta pude ver el gran trabajo que hacen los artesanos, y no solamente en los muebles tallados y torneados, sino también en los contemporáneos. Las formas geométricas y minimalistas son híper elaboradas. Fernando Fontenla, Vicepresidente de la firma, lo explica: “La base de una mesa puede ser geométrica. Pero para llegar a esa forma, hay que encolar varios tablones, pasarlos por el torno, lijar. Nuestras maquinarias son artesanales, las piezas siempre se terminan a mano, aún siendo muebles de líneas muy rectas”.
+Me encontré con un enorme cartel que señala la “Escuela de oficios”. ¿De qué se trata?
Fernando Escuela de oficios es en realidad toda la fábrica. Pero ese espacio lo transformamos en escuela porque la persona que está en ese sector tiene mucha experiencia en tornería y pantografía, y es adonde van los chicos que ingresan. Uno de los chicos empezó hace cuatro meses, y ya está haciendo trabajos completos. Otro tiene 19 años, y todos los días se va sabiendo algo nuevo. Ahora está armando una base para luego tornear. Hay un montón de chicos que están hace cinco años o más en la empresa y empezaron barriendo. Evaluamos la voluntad, el compromiso, la puntualidad. Cuesta conseguir gente porque la cultura del trabajo está muy lastimada, y de diez chicos que entran quedan dos. Pero esos chicos crecen, se forman y se transforman en oficial carpintero, oficial lustrador, oficial tapicero.
+¿Por qué deciden no tecnificar un poco más la fábrica?
Fernando Porque la mano de obra es nuestro valor agregado. Que una talla no esté hecha por una computadora, una máquina o un robot, sino por un ser humano, que tenga algunas imperfecciones, y que una no sea exactamente igual a otra, es lo que realmente valora nuestro cliente.
Federico Si decidiéramos tecnificar la fábrica, y hacer un producto más estandarizado y lineal con máquinas computarizadas, seríamos uno más. Fontenla es una carpintería de barrio a gran escala, y no existe algo así en el mundo. Nos esforzamos día a día para que esto progrese; hay que poner mucha pasión y ganas de ser creativo.
+Sólo vi mujeres costureras en el taller de tapicería. ¿Por qué se da eso?
Fernando Creo que tiene que ver con la cultura argentina. En la parte de producción, cuando uno pide operarios, no suelen presentarse mujeres, lamentablemente. Pero pedís costureros, y sí vienen. Pero la mano derecha del jefe de fábrica es mujer. En administración son todas mujeres menos un contador, y en nuestros locales, el 95% de las vendedoras son mujeres. Tienen una sensibilidad especial para la venta y el asesoramiento en este tipo de productos y la decoración.
FONTENLA POR HERENCIA, VOCACIÓN Y ELECCIÓN
Fernando es diseñador gráfico y fotógrafo aficionado (pueden ver sus fotos en Instagram). Federico es periodista y músico (pueden escucharlo en Spotify). En la empresa familiar se encargan de lo comercial e industrial uno, y de marketing y finanzas el otro.
+¿Cómo se dio el ingreso de ustedes a Fontenla: siguiendo el mandato familiar, o fue por elección?
Fernando Yo siempre lo explico de esta forma: no es que un día me encontré con esta responsabilidad. Lo vivimos desde chiquitos y es parte de nuestra cultura. De adolescente, durante las vacaciones de verano, venía a trabajar a la empresa. Pasé por los talleres de tapicería y de lustre; hasta estuve en el camión. Y aprendí mucho: desde cómo se hacen las cosas hasta los tiempos de producción. Estudié lo que me gustaba que era diseño gráfico, y entre mis tantas funciones, desarrollé la parte gráfica de folletos y catálogos de Fontenla. Y sigo aprendiendo de fotografía gracias a las campañas publicitarias.
Federico Yo también venía a trabajar los veranos, pero a diferencia de mi hermano, nunca me sentí muy ducho en lo manual. Pero hubo un momento en que logré hacer un click, y encontrar mi espacio dentro de la empresa para ir evolucionando. Y de pronto, me di cuenta de que estaba defendiendo a Fontenla, que es mi apellido, mi legado, mi familia. Y me sentí mucho más identificado de lo que creía. Toda esa creatividad que desarrollo en lo musical puedo trasladarla acá, y solucionar un problema de marketing, de recursos humanos o financiero. Más allá de la responsabilidad que genera este trabajo y de los desafíos, se puede ser uno mismo.
+¿Y qué pasa con las nuevas generaciones?
Fernando Mi hijo está siguiendo un poco esta cultura. Estuvo primero en el depósito, luego en armado. Es también un mensaje para la gente que trabaja acá: que el dueño de la empresa ponga a su hijo a trabajar a la par del resto, sin ningún tipo de beneficio extra, es un mensaje que siempre hemos manejado así. Esto viene de mi padre, que como nosotros, empezó de abajo. Creemos que es el camino indicado para un buen liderazgo a futuro. Y habla de la filosofía que tenemos, y que la quiero mantener con mi hijo, que primero decidirá si es esto lo que quiere hacer… Ahora tiene 19 años, y está entusiasmado.
+Todo empezó con el abuelo de ustedes que comercializaba muebles. ¿Cuánto llegó a ver del crecimiento de Fontenla?
Federico ¡Bastante! Vivió hasta los 99 años. Tenía su oficina en esta fábrica, y hasta los 95 años venía part time todas las mañanas, por decisión propia.
Fernando Y te podría decir que hasta los 90, trabajó full time. Al igual que mi padre, tenía un espíritu de trabajo bien característico.
+Si tuvieran que elegir un producto icónico de Fontenla, ¿cuál sería?
Fernando ¡Uy, qué difícil! Son muchos años, muchas colecciones. Pero hay un sillón…
Federico Yo iba a decir el mismo…
Fernando ¡Entonces es ese! (risas). El sillón Toujours estaba en la sala de espera de la oficina de mi padre, cuando estábamos sobre la avenida San Juan. En un momento lo restauramos, un cliente lo pidió, y como la talla tarda 90 días hicimos dos para optimizar el tiempo, y lo pusimos en el mall en ese momento, para que se luciera como pieza histórica. Y los clientes lo empezaron a pedir. Hoy está aggiornado, viene con plateado a la hoja, y pasó a ser una pieza que representa la historia, más allá de que el 90% de la producción actual es de líneas contemporáneas, y lo histórico haya quedado para pedidos especiales.
Federico Otra pieza podría ser esta mesa alrededor de la que estamos sentados, que tiene 23 años. La subimos durante la obra antes de poner los vidrios de la ventana. Se usa todos los días y nunca se relustró. Cuenta lo que es Fontenla: tantos años acá, y está intacta.
CONTAR FONTENLA
Fontenla lanza colecciones cada seis meses, con líneas que se van sumando, sin discontinuar otras. Están los muebles outdoor, las colecciones cápsula, la línea joven FC, las carteras, los perfumes. Cuentan con un equipo dedicado al desarrollo de nuevas colecciones y un team de marketing propio que, sumado a fotógrafos, filmakers y encargados de prensa, completan unas treinta personas encargadas de cuidar y hacer crecer la imagen de la marca.
En 2022 lanzaron Destiny, una campaña innovadora destinada a las nuevas generaciones; un film interactivo en el que el usuario decide el destino de los protagonistas que se encuentran en una casa totalmente ambientada con los muebles de Fontenla, los que podían comprarse en tiempo real. Un comercial totalmente disruptivo para una marca de muebles.
Concluye Federico, “Queremos contarle al mundo qué es Fontenla, qué micromundos representa y nuestra versatilidad, porque podemos desde restaurar los asientos del Teatro Colón a equipar el Hotel Alvear, una clínica de Pami o el Hospital Austral. Puede venir un profesional que está seguro de lo que busca, y algo va a encontrar en el mall. Estamos en todos lados, y siempre tenemos algo nuevo para contar. El desafío es ir construyendo una marca de nivel que representa el lujo, pero también la simpleza bien hecha, una marca que es una familia”.+