El Palacio Marquês de Abrantes, encajado entre dos vías férreas, en la Rua de Marvila, es un edificio público que sirvió desde el siglo XX como vivienda popular y, hoy en día, sirve como sede de una de las colectividades más antiguas de la ciudad – Sociedad Musical 3 d’ Agosto de 1885.
Lleva varios años en un territorio expectante: mientras tiene al norte los llamados barrios sociales, al sur encuentra el río y sus proyectos inmobiliarios especulativos y gentrificadores. El proyecto se vincula a esta doble realidad, tratando de que a través de un proceso de cuestionamiento y toma de decisiones colectivas, podamos ir en contra de la lógica de desalojo de la clase obrera permitiendo, por el contrario, su fijación.
El proyecto plantea que a través de la instalación de una oficina técnica local de arquitectura se puedan diseñar nuevos usos para compatibilizar cultura, ocio y vivienda. Creemos que un proyecto arquitectónico de esta naturaleza comienza con una hoja en blanco, donde aparece el dibujo a través de la participación de los actores locales – vecinos, colectividades, instituciones colaboradoras. Al ser un edificio público, de propiedad municipal, el proyecto ha contado con financiación pública, especialmente a través del programa BIP/ZIP.
En 2017, comenzamos a utilizar un ala del Palacio para mostrar el potencial y la ambición de establecer una «oficina técnica local de arquitectura». Inauguramos este espacio, lo abrimos al público, mostrando in situ el trabajo de 5 artistas que se comprometieron con el territorio y la memoria del Palacio. Durante 1 mes se realizaron reuniones que nos permitieron comenzar a diseñar su uso futuro, siempre como propiedad pública.
Tras el cierre de la exposición/oficina local en 2017 y 2020, el edificio volvió a estar vacío. Después de una larga batalla volvimos, en 2020, a pesar de la pandemia, a abrir la oficina técnica local siguiendo algunos de los mismos supuestos de 2017: cuestionar y decidir colectivamente su futuro papel en la ciudad congregando su carácter cultural con, de nuevo, la vivienda. Con la pregunta: ¿cómo pensar la ciudad desde un edificio?
Dado que se trataba de una intervención temporal, el objetivo era garantizar que la estructura existente no sufriera daños, sin poner en riesgo el estudio arqueológico de su pasado. Los derribos solo afectaron construcciones sin valor arquitectónico, o que no presentaban condiciones de seguridad. La nueva intervención hace una clara distinción, mediante el uso de soluciones técnicas reversibles y materiales contrastantes, entre las estructuras existentes y nuestra nueva intervención (temporal).+
También podés leer esta nota en Arqa.