Frente a las extensiones ilimitadas del lago Alqueva, esta casa requiere un centro: un patio protegido que abraza el agua.
La obra aprovecha el terreno para proyectar una cúpula que cubre las áreas sociales y es el centro de vida de la casa. Una cúpula invertida lo cruza y crea una abertura que ilumina el espacio, dando forma a su geometría y límites precisos.
Los dormitorios se abren a patios circulares. En medio de un amplio paisaje natural, la escala de la casa es la de los patios y cúpula superior. Son los únicos elementos visibles, pintados de un blanco radiante. Una obra de Aires Mateus.
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