El Garaje es un taller mecánico, rodeado por una rampa de aparcamiento en todo su perímetro, transformado en una vivienda, que se extiende entre la calle y el patio.
La puerta basculante del antiguo garaje se sustituye por un cerramiento sensible al paso de la luz. Una superficie de bloques de hormigón blanco, pavés y acero, anticipa las soluciones constructivas del interior de la vivienda. El resto de la fachada existente se recorta puntualmente para acoger dos aberturas adicionales.
Desde el interior, la fachada enmarca fragmentos parciales del contexto urbano y regula los grados de intimidad necesarios entre la vivienda y la calle. Se construye así un umbral que sirve de antesala de la cocina y ofrece un espacio polivalente capaz de duplicar su superficie durante el día mientras que por la noche una gran puerta corredera cierra la habitación de los niños.
La nueva vivienda está concebida como una colección de estancias conectadas. Sin pasillos, la vivienda se organiza en torno a dos espacios centrales: la cocina y el comedor.
Una serie de muros paralelos define la secuencia de estancias y enmarca las vistas diagonales entre ellas.
Los muros están construidos con bloques prefabricados de hormigón blanco que se traban en las esquinas con piezas de barro, para evitar cortes en los bloques. Esta solución constructiva, resultado de una economía de medios, sirve también como punto de fijación para la instalación eléctrica. La proporción de los espacios está directamente relacionada con las dimensiones de los bloques de hormigón.
El Garaje es un espacio doméstico contemporáneo construido en base a un sistema aditivo de estancias de proporciones similares, en el que no se permite que el programa domine el diseño. Una obra de Nomos.
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