Esta vivienda de 240m² es la unión de dos viviendas dentro de un edificio de hormigón de estilo brutalista de los años 70 en Barcelona.
El proyecto se desarrolla en tres semi plantas conectadas por una escalera central y en cada media altura se desarrolla una parte del programa de la vivienda. El estado original estaba muy compartimentado y tenía un problema de baja altura, lo que hacía que los espacios fueran oscuros y pequeños.
Por eso, uno de los objetivos del proyecto, fue tirar la mayoría de los tabiques existentes, para crear en la zona de día un salón-cocina-comedor lo más abierto posible y en la zona de noche, adaptar el espacio a tres habitaciones y tres baños, para cubrir las necesidades de una familia numerosa.
El proyecto es el encargo de una familia numerosa afincada en Barcelona. Por ello necesitaban espacios grandes y abiertos, donde compartir momentos tranquilos y al mismo tiempo ajetreados, del día a día.
Para conseguir dicho objetivo nos inspiramos en el estilo Mediterráneo con un toque elegante. Utilizamos la luz natural como elemento protagonista, para crear espacios amplios y abiertos, a través de los materiales como el microcemento que aporta continuidad o la madera de roble que da calidez y zonas alicatadas con baldosas vidriadas en verde botella que dan un toque de frescura, además del uso de colores más suaves como la arena o los verdes… tan presentes en el paisaje mediterráneos y que en la vivienda dan lugar a ambientes tranquilos, neutros y luminosos a la vez. Además, integramos vegetación en jardineras en casi todos los rincones de la casa incluidos los baños, como elementos naturales del proyecto.
El programa se distribuye de la siguiente manera, en un primer nivel encontramos las dos puertas de acceso, una principal que da a un espacio abierto donde guardar bicis, patines y una pequeña zona de estudio y otra puerta de menos uso, da acceso a una habitación de invitados con baño propio.
Desde estos dos semi niveles, arranca la escalera hacia el segundo semi nivel donde se sitúa el espacio más grande de la vivienda, formado por una gran cocina-salón-comedor. En este caso en la reforma abrimos todos los tabiques, aprovechando que la estructura era de pilares de hierro y por tanto ningún tabique era estructural, logrando de esta forma un espacio de casi 100 m² abierto, sin ninguna división.
En el tercer semi nivel situamos todo el programa de noche. En esta planta se tuvieron que tirar todos los tabiques para poder dar cabida a las tres habitaciones y tres baños . Así esta planta está formada por una amplia habitación fácilmente divisible para dos hermanos gemelos, una habitación individual para un tercer niño y una habitación suite con vestidor y baño propio.
En este caso, quisimos que cada baño tuviese una personalidad propia siempre desde tonos suaves, el de niños con un papel de animales como protagonista que da un toque cromático diferente del resto de los elementos. El de invitados es más neutro en concordancia con los materiales del proyecto, con baldosa cerámica y junta en azul, en consonancia con el estilo mediterraneo. El baño suite también tiene toques mediterráneos con plato de ducha a nivel y lavamanos hechos de microcemento. Y siempre un toque de madera que aporta calidez a los espacios.
Desde la zona de noche se accede al último nivel que acoge el salón de verano con un espacioso sofá de obra con cojines en color terracota, que da acceso a la terraza. En esta zona se ha potenciado la idea mediterránea de hacer todos los muebles de obra y microcemento recreando las casas fuera de la ciudad. En la zona exterior una tarima de madera contrasta con los elementos más brutalistas del edificio.
El murete se dejó con el mismo aspecto bruto de hormigón y se rehicieron y adaptaron algunas jardineras ya existentes para crear un espacio chill out enfrente de la zona de sofás. En el otro lado una pequeña cocina de verano con una barbacoa que a su mismo tiempo es fregadero y macetero todo ello hecho de obra.
Los materiales han sido escogidos buscando la continuidad en los espacios, la luminosidad y la claridad, ya que la luz es utilizada como un elemento más del proyecto. Parte del mobiliario del salón, como la isla que divide el comedor de la cocina, las jardineras de la 3 planta o el mobiliario de la terraza están diseñados de obra, recordando al paisaje de los campos del Mediterráneo o la forma de separar espacios con muebles de obra tan típico de las casa de campo mediterráneas y que contrasta con la belleza del brutalismo del edificio original. Y es que hay una versión del estilo Mediterráneo que no solo decora, también pone la vida en pausa. Una obra de METAstudio.
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