Foto: Antonia Adomako

Aplique Oplight by Jasper Morrison

Oplight es el último diseño de Jasper Morrison para Flos, que supone un paso adelante en el desarrollo de apliques de pared: un rompecabezas sustentable.

“La fuente de luz de Oplight es una placa de LED que está cubierta con un panel transparente, pero estriado, que desvía la luz en un ángulo que se aleja de la pared. Con suerte, parece la forma más obvia y definitiva que podría tener una lámpara de pared”, dice el diseñador británico Jasper Morrison.

Objeto que ilumina una habitación completa, Oplight es una lámpara preparada para el futuro, concebida para durar mucho tiempo, y ser totalmente reciclable al final de su vida útil. Es el resultado más reciente del encuentro entre la filosofía de diseño Super Normal de Jasper Morrison (un esfuerzo constante de refinar arquetipos para crear una «normalidad perfecta»), y la capacidad de Flos para interpretar su tiempo, a partir de los requisitos ambientales.

Oplight está disponible en dos versiones: una más grande, ideal para grandes espacios contract o residenciales, y una más pequeña, para el mercado residencial. Los cuatro acabados diferentes (blanco texturizado, gris metalizado texturizado, antracita texturizado y negro satinado) seleccionados en colaboración con Jasper Morrison, hacen que la luminaria sea extremadamente versátil y realza la materialidad del producto.

+¿Por qué los apliques de pared son complejos de diseñar?

JM La lámpara de pared es a menudo un objeto poco diseñado: porque se lo considera meramente funcional, pero también por las limitaciones que impone su propia naturaleza. Debe, por ejemplo, ocultar los elementos electrónicos que lo componen, en un cuerpo lo más compacto posible. Tiene que abordar los problemas de cómo sujetarse a la pared, que varían de un país a otro. Debe iluminar, sin deslumbrar. Es, en definitiva, un rompecabezas de diseño.

UN ROMPECABEZAS SUSTENTABLE

A esta complejidad, el brief de Flos añadió la cuestión de la sostenibilidad, ya que esta compañía italiana siempre se ha centrado en productos diseñados pensando en la circularidad: objetos que se pueden desmontar para facilitar la recuperación y eliminación de componentes al final de su vida útil. Esto, junto con la complejidad del diseño del aplique, llevó a la empresa a recurrir a Jasper Morrison, quien ya había creado, en 1998, el icónico Glo-Ball, también fruto de la filosofía Super Normal. 

¿Por qué Oplight es una lámpara pensada bajo los términos de la circularidad, que demuestra que es posible crear un producto tecnológicamente avanzado y respetuoso con el medio ambiente?

1.No utiliza pegamentos para ensamblar los componentes, a pesar de sus espesores mínimos. Las partes son separables, se pueden reemplazar individualmente y se pueden reciclar por separado al final de su vida útil.

2. Emplea materiales reciclables y no tóxicos. La carcasa está fabricada en aluminio fundido a presión: un material liviano, duradero en el tiempo y perfectamente reciclable. El color aplicado es en polvo, por lo tanto, sin el uso de solventes en el proceso de pintura: un detalle importante porque los métodos de producción deben ser considerados en el impacto ambiental general de un producto.

3. Limita el consumo y dispone de placa LED reemplazable en su interior, que posee alta eficiencia: emite una gran cantidad de luz con un bajo consumo, con una vida estimada de más de 50 mil horas. En caso de que se produzca algún fallo, o cuando en el futuro se disponga de fuentes de luz más eficientes, se puede sustituir la tarjeta sin tener que tirar el resto de la lámpara, con un importante ahorro de recursos. Esto es posible porque la placa LED no está pegada al disipador, como suele ocurrir: la operación de sustitución, entonces, no requiere un equipo sofisticado, sino que puede ser realizada por cualquier electricista.

4. Tiene difusor push-in. El difusor, o la tapa transparente que también hace de lente, está fabricado en policarbonato moldeado por inyección. Gracias a su elasticidad, se fija con snap-fit ​​para que se pueda desmontar y volver a montar para intervenir en el tablero, sin comprometer la estética. Obviamente, en caso de rotura, es reciclable y reemplazable.+