Solemos asociar la ropa tejida al invierno, cuando en realidad podemos usarla siempre. Es por eso que Paula Ledesma Knitwear lanza una sola colección anual. Una visita a su showroom.
Scalabrini Ortiz (en el barrio de Villa Crespo, en Buenos Aires) es la avenida de las lanas. Ahí supo tener su tienda Paula Ledesma Knitwear, la marca de prendas tejidas de diseño y producción argentina, dirigida por Paula y Bárbara Ledesma desde 2009. Pandemia mediante, se decidieron por el formato showroom: misma manzana, pero a la vuelta, sobre la calle Lerma.
Aunque la tradición lanera viene de familia -desde hace más de treinta años, los Ledesma son los dueños de la tienda y marca de lanas Ámbar Hilados– la posibilidad de dedicarse al diseño, desarrollo, producción y venta de prendas tejidas no parecía ser una opción para las hermanas y socias Paula (diseñadora de indumentaria y textil) y Bárbara (diseñadora audiovisual); ambas recibidas en la Universidad de Buenos Aires.
“La marca está desde 2009, que fue nuestro primer BAFWeek. La productora de moda Florence Argüello nos pidió un par de prendas para la campaña del evento. Eso nos obligó a generar una colección para mostrar: armamos 8 ó 9 conjuntos, nos dieron un showroom, y ahí arrancamos. En el 2010 viajamos a Tokio con un programa de la Embajada Argentina y Cancillería, y vendimos la colección en un clúster de diseñadores argentinos. En el 2012 abrimos el local y nos fue bien”, recuerda Paula. “En ese momento, tener una colección sólo de tejidos era algo rarísimo. Pero yo sentía que podía ofrecer un diferencial”.
Hay ponchos, pantalones, sweaters, vestidos, sacos, chalecos, algunos accesorios. Y prendas que atraviesan las tipologías como Movie, un maxi chaleco que al mismo tiempo es chaqueta con bolsillos, de moldería experimental. Abierto al frente, ofrece un doble uso al dar vuelta la prenda, que puede usarse tanto en invierno como en verano.
ROPA TEJIDA, ¿ROPA DE SEÑORA?
Recuerdo muy bien a una de mis tías abuelas tejiendo maravillosas prendas en el living de su casa con la máquina manual Knittax. Tenía toda su técnica y complejidad el enhebrar las agujas y luego deslizar el carro hacia un lado y al otro, siguiendo distintos patrones. Supongo que sería muy cansador, pero resultaban prendas súper elegantes: desde conjuntos de pantalón o pollera y saco, a sweaters para todos.
“Esas máquinas se siguen usando hoy. Hay tecnologías nuevas, pero la máquina en sí es la misma. A nivel internacional, hay una movida del tejido muy grande; personas que en sus casas tienen máquinas para tejer complejas, bien tecnológicas”, me cuenta Paula.
+¿Qué tipos de tejido emplea Paula Ledesma en sus prendas?
El tejido tiene tres escalas: una industrial, una semi industrial y una bien manual. La industrial es todo lo se ve en las marcas grandes (ese tejido finito, esos ochitos finitos); son tejidos que se producen por miles. Nosotras hacemos algunas prendas así. El tejido manual también lo hacemos, con personas que tejen en sus casas a dos agujas o al crochet. Y hay un intermedio que se produce con una máquina semi industrial, que aunque no hay que hacer tanta fuerza porque el carro tiene un motorcito, sí tenés que ir cortando, armando, descontando puntos. Sigue siendo un trabajo de una persona detrás de la máquina, como una máquina de coser.
+¿Cómo llegaron a lanzar una sola colección al año?
Cambió mucho la visión de cómo llevar adelante una marca de diseño. Decidimos armar una sola colección al año, en marzo: invierno nada más; el verano no funciona. Por eso también es slow fashion, porque nos tomamos todo el tiempo que queremos para armar la colección que queremos. Hay muchos productos que repetimos porque se venden, o entra un artículo nuevo en el medio de la temporada. La temporada se desdibujó. Siempre tuvimos clientas que se iban de viaje en verano a ver a sus hijos afuera, y compraban invierno en verano.
+Pero tienen una línea de sweaters más finitos, una especie de “colección crucero”. Si hace frío, me pongo un saquito….
Es una línea de atemporales. Nos fuimos dando cuenta de que el verano a nosotras no nos funciona. Lo que sí funciona es la media estación: encontramos los materiales que nos gustaban y servían, y empezamos a trabajar en eso. El algodón es un poco verano, pero si te lo querés poner en septiembre o en mayo, tenés que combinarlo. El hilado de viscosa, por ejemplo, es súper fresco. Un día de mucho calor no te lo podés poner, pero sí a la tarde en la playa… Una remera de algodón es igual a un sweater de algodón tejido (es la misma fibra), y es más fresco si es calado, porque el tejido es más abierto.
+¿Cómo es la curva de talles que manejan?
Tenemos un talle único que abarca del 1 al 3, que a veces es difícil de explicar, porque la gente considera que el talle único es algo que le queda bien sólo a la flaca porque le queda amplia. Pero si te hago una prenda de esa amplitud a vos, no te va a gustar… Trabajamos muchísimo en el desarrollo de la moldería; la probamos en distintos cuerpos para ver cómo queda un diseño acorde (tal vez no a todos los cuerpos, pero sí a una variedad). En algunos casos, y si el diseño lo permite, tomamos trabajos a pedido en relación a cuerpos diversos. Pero no es sólo una cuestión de XL, tenemos clientas que son demasiado chiquitas y todo les queda grande. Pero siempre alguna prenda se encuentra en el taller…
+¿Cómo piensan los colores?
Hay neutros que están siempre: los grises, los azules. Y después vamos variando. Al principio, hacíamos toda la paleta neutra y un color, pero fuimos incorporando más colores a medida que nos pedía el consumidor. Y hay dos o tres colores que son de la temporada, que se acaban y chau. Y muchas veces es la idea de lo que tenemos y el color que se consigue en el material que estamos buscando; nos vamos adaptando.
DISEÑAR, EXPERIMENTAR, PRODUCIR
Desde sus inicios, Paula Ledesma Knitwear mantiene un costado experimental. Paula suele investigar fibras, texturas y lavados para ver qué pasa. Como cuando armó un sweater con pura lana en un tejido súper abierto, bien calado y tres talles más grande del que tenía que ser, y lo fue lavando sucesivas veces en un lavarropas antiguo, controlando los tiempos para que se apelmazara y se achicara.
“Había montado un laboratorio, y tengo registradas las mil pruebas: a una hora, a dos horas, a tres horas, cuánto iba tomando ese pelo. ¡Había quedado una chaquetita espectacular! Pero cuando quise hacer la producción fue imposible; jamás nos salió un sweater igual al otro. Era la misma lana, los mismos tiempos, la misma cantidad de agua, pero se comportaba de otra manera; no quedaba igual”, recuerda Paula.
“A la gente le encantó esa colección. Habíamos hecho tres o cuatro muestras y se fueron vendiendo, pero era algo que no se iba a poder repetir porque era una locura”, aclara Bárbara, que tiene una visión más «realista y práctica» (si se quiere) de la producción.
“Sin embargo, a la gente le gusta ver este tipo de prendas (las consuma o no), y a mí me gusta hacerlas. Piden que vuelvan las mangas superlativas, los marmolados, los drapeados, los cuellos; pero todo eso es muy complejo de producir. Y muchas veces, no es para nada redituable. Igualmente, intento seguir manteniéndolas por el espíritu de la marca, por volar un poco más, y porque siempre tengo la esperanza de que vamos a volver a exportar”, se consuela Paula.
+Paula, ¿cómo es el proceso de diseño? ¿Partís de dibujos o vas directo al material?
Donde más se descubre es en el encuentro con el material, probando cosas directamente sobre el maniquí. Otras veces me siento a dibujar. En general, tejo una muestra chiquita, o junto dos o tres cosas, o por ahí hago un dibujo. Lo hablo mucho con la tejedora, me viene la pieza y la descoso, la rompo, la corto y la vuelvo a tejer. Hago “Frankensteins”, y cuando sé cómo queda y tengo la muestra final, ahí sí teje la tejedora. No tejo yo misma porque no tengo tiempo y además, no soy tan buena… Sé tejer bien, sé hacer todos los puntos, pero tardo muchísimo. Pero sí me sirve mucho saber tejer para dar indicaciones.
+¿Qué pasa con la sustentabilidad?
La gente quiere un producto que sea artesanal, 100% natural, sustentable. Nosotras apostamos a ese producto, y me gustaría tener toda la colección sólo de fibra natural, amigable con el medio ambiente. Pero hay que tener en cuenta que la prenda no se puede meter en el lavarropas, pica (porque la fibra natural siempre pica), el precio es altísimo y muchos no pueden pagarlo. Es por eso que se termina eligiendo una mixtura de algodón con acrílico o lana con acrílico. En las prendas semi industriales, se teje la forma en la prenda y no hay desperdicio; es cero waste, y no hay sobreproducción. Yo trato de tejer en ese nivel. Son prendas eternas, que te pueden durar toda la vida si las cuidás bien.
CREAR Y CUIDAR UNA PRENDA DE LANA, ¡QUÉ TEMA!
“En el tejido ocurren cosas”, dice Paula. “Si es a mano y lo teje una persona, tal vez ese día teje un poquito más apretado, y la prenda salió dos centímetros más chica. Para una marca, ya cambió de talle. Por eso los tejidos son talles únicos, porque de repente lo lavás y se estiró. O quedó colgado en el local y se fue a dos talles más. El tejido no se cuelga, se deja plano…
Si lo lavás, y en el mojado lo dejás colgado, con plancha podés lograr que la fibra vuelva a ser como antes; pero si se estiró mucho, no. Si lavaste con agua caliente y se apelmazó, ya está, ese tejido no vuelve. Mucha gente usa el lavado delicado del lavarropas y no, el sweater de pura lana se lava a mano, en una palangana, sin colgar. El que es una fibra sintética lo podés meter en el lavarropas; se va a mover un poquito, tal vez se deforme apenas. Pero la fibra natural (si es lana, pelo de conejo, angora, cabra, llama) va a achicarse. Y se tiene que guardar sellado, porque si lo agarra una polilla, ¡lo come todo!”
TEJIDOS PARA OTROS
Además, Paula y Bárbara trabajan como estudio de diseño: para la empresa familiar y para otras. También hacen desarrollo de prendas tejidas para otras marcas, grandes y pequeñas. Han trabajado para María Cher, María Vázquez, Kostüme, Hernández Daels, Giacobbe.
“Le hicimos tejido a mano a AY Not Dead y a Carbone, que es una marca muy linda que sólo presenta colecciones en París y tiene un producto bien Premium. Para algunas marcas hacemos el diseño, desarrollo y producción. Para otras, sólo el desarrollo y producción, aunque ideas de diseño siempre aparecen. Acompaño mucho al diseñador en el proceso de diseño y lo ayudo en la toma de decisiones de producción”, explica Paula.
Y después están las colaboraciones. Con Luz Ballestero ya hicieron tres temporadas: “En esta última hicimos el desarrollo de una bufanda-chaleco con cuello… Hicimos cosas buenísimas y nos divertimos un montón. Hicimos algo para vender y algo para divertirnos, que también se vendió”.
Otra de las colaboraciones recientes fue con Manos Andinas, una marca de Tex Andes, que tiene hilandería de lana de llama. “Es una cooperativa con fábrica que cría el animal, produce la fibra y desarrolla la marca, enfocada en pashminas y productos Premium pensados para exportar. Me dieron el material para que viera qué quería hacer; ellos venden las prendas en su tienda online, y acá también tenemos algunas”.
UNIDOS POR LA LANA
Paula Ledesma Knitwear integra Lana Sur, una iniciativa del fabricante de alfombras El Espartano, que reúne diseñadores de diversas disciplinas que utilizan la lana como materia prima principal, para convertirla en objetos de diseño y piezas de arte. Ya han hecho varias muestras colectivas y poseen una tienda online, donde se ofrecen productos de todos los participantes.
Marcas, artistas y diseñadores argentinos unidos con el objetivo de concientizar sobre la importancia de consumir productos de calidad, elaborados con una fibra natural tan noble como la lana. “La idea es compartir contactos y clientes, hacer distintas acciones, que se difunda nuestro trabajo, y que funcione comercialmente. Si hay que exportar, lo hacemos todos juntos, o participar de exposiciones internacionales. Es de las acciones que nos hacen falta: trabajar en conjunto, vincularse con otros”, resume Paula.
I LOVE ROPA TEJIDA
Estamos en pleno verano, con un sol radiante y un calor sólo para valientes, pero en el showroom de Paula Ledesma Knitwear, las chicas me invitan a probar algunas prendas, chequear tipologías, colores y materiales, de cara a mi próximo destino: el Vitra Campus en Basilea y feria Ambiente Frankfurt en Alemania, donde me esperan unos 7ºC promedio. El versátil chaleco-saco Movie es un elegido; el práctico buzo Canguro con cuello volcado y bolsillo central oversize es otro. Prendas tejidas siempre a mano, todo el año.+