Una introducción al oficio de zapatera. Aprender a hacer un par de zapatillas para una misma. La posibilidad de generar vínculos, experiencias y futuras asociaciones entre mujeres. Por todo eso y más, surgió el proyecto Zapateras en el barrio.
Durante la pandemia, algunas zapateras se sumaron a un grupo de Whatsapp para compartir lo que les estaba pasando en ese particular contexto: como mujeres, y como emprendedoras del rubro del calzado en Argentina. Para ser parte, había que ser mujer y hacer zapatos: diseñarlos, producirlos, tercerizados.
Se armó un grupo de más de 80 integrantes que decidió llamarse Zapateras Argentinas. Según sus palabras, un “colectivo de zapateras aliadas para impulsarnos mutuamente, formar una cultura colaborativa y reconocernos como actoras en un contexto social”.
En cierto momento, para un grupo más pequeño, surgió la necesidad de compartir un espacio, un taller en donde cada una pudiera seguir trabajando en su proyecto propio, pero en conjunto. Y encontraron ese espacio, un galpón enorme en Palermo, donde en estos momentos estamos dialogando con dos de las zapateras: Violeta Castañón Gortari y Lourdes Chicco Ruiz.
HACÉ TUS ZAPAS
“Cuando nos juntamos acá en el galpón y nos conocimos, ideamos Zapateras en el barrio. El motor era compartir el oficio con mujeres, y ofrecer la experiencia de hacerte tu primera zapatilla. Presentamos la idea a la Beca Creación 2021 del Fondo Nacional de las Artes, la sacamos, y desde el año pasado estuvimos armando el proyecto, buscando colaboradores, juntando materiales. Ya hicimos dos talleres: en los barrios La Cava de San Isidro y Piñeyro de Avellaneda. Al finalizar el curso, cada mujer se lleva un par de zapatillas hecho por ella misma”, cuenta Violeta.
Zapateras en el barrio son Marcia Quiroz, Gaby Roca, Violeta Cascón, Lourdes Chicco Ruiz y Violeta Castañón Gortari. Lo que proponen es un taller gratuito, teórico y práctico, de cuatro encuentros en la escuela o centro cultural del barrio elegido, en el que cada una de las alumnas (guiadas por dos docentes) experimenta todos los pasos que implican la confección artesanal de un par de zapatillas de su talle. Al realizarlo con sus propias manos, la mujer adquiere el conocimiento para continuar por su cuenta, con materiales y herramientas posibles, promoviendo además el reciclado.
“Es el primer acercamiento al oficio, para a partir de ahí ver qué dispara. El objetivo es que sea una salida laboral -tal vez para independizarse-, y queremos replicar el taller todas las veces que se pueda. La idea es ofrecer una alternativa laboral a ciertas mujeres que no trabajan, o lo hacen muy esporádicamente, porque tal vez cuidan a sus hijos. Y nos encontramos con que hacer algo así las dignifica mucho, se arma un grupo de pertenencia”, explica Lourdes.
“Lo que les imponemos es que el par de zapatillas que se hagan sea para ellas: no para tu hijo ni para tu hermana, para vos. Que sea un mimo también. Lo que les presentamos no es entrenamiento en un oficio, sino que les mostramos todos los procesos, qué máquinas se usan. Ellas hacen y transitan todos los pasos, y capaz que alguna se copa con una parte, otra con otra… Hay unas chicas que ya tienen ganas de comprarse unas hormas y armarse un proyecto. El sembrar la semilla en dos o tres mujeres que se dan cuenta de que pueden hacer esto y se interesan, ya es todo”, suma Violeta.
ZAPATERAS EN TODOS LOS BARRIOS
Con sus clases itinerantes, Zapateras en el barrio trasladan saberes y materiales para la confección de una zapatilla. Quieren llegar a cada rincón de Argentina, con el apoyo de distintas organizaciones y de las marcas que se interesan en donar insumos.
+A las alumnas les sale gratis el curso, ¿verdad?
Sí, para ellas tiene que ser gratis. Por suerte, varias empresas de zapatos nos dieron los pegamentos, las hormas, los materiales.
+¿Qué se necesita para hacer un zapato?
Buena onda y predisposición. Hay una fantasía de que para hacer un zapato tenés que ser hombre, fuerte. ¡Pero nada que ver! Nosotros les explicamos cómo, y estas chicas hacen sus zapatillas. Lo único que no hacen, y sólo prueban, es la parte de la costura, pero por una cuestión de la dinámica del taller que no nos entraba en el cronograma. Pero el armado, pegar la base y demás, lo hacen todo ellas. Se re emocionan y es muy gratificante.
+¿Tienen un registro fotográfico y de video de los talleres?
Sí, hicimos fotos y unos tutoriales en video para que las alumnas tengan un contenido teórico de apoyo y después lo puedan replicar. Los grabamos en el galpón, y cada una de las integrantes del grupo explicó una parte del proceso. Filmar un tutorial es un saber en sí mismo; fue toda una movida… Pero nos organizamos mucho. Se armó un lindo grupo de trabajo.
El último día de taller, las alumnas se prueban sus zapas, y hacen un pequeño desfile. Y las oportunidades de asociaciones colectivas y de proyectar tienen ejemplos concretos. “Las chicas del barrio Piñeyro se armaron como grupo y se contactaron con otra mujer que hacía unas alpargatas de yute, para ofrecerle el coserlas a mano. Para ellas, es una oportunidad de trabajo comunitario”, concluye Violeta.+
EL DATO
A todos los interesados en que Zapateras lleven sus talleres a sus barrios, o a todas esas marcas que quieran ser parte del proyecto mediante la donación de insumos, los invitamos a escribir vía IG a @zapaterasenelbarrio o por Whatsapp al +54 9 11 60367114.