Un apartamento renovado en un edificio de principios de los años 60, diseñado para una familia joven, se encuentra en Nidau, Suiza, en un barrio tranquilo con vistas al canal del río Zihl.
El apartamento conserva su planta original, estrictamente dividida. El espacio está organizado en tres zonas claramente definidas, interconectadas por dos elementos de carpintería únicos hechos a medida que añaden dinamismo visual y amplitud al interior. De este modo, cada zona adquiere un carácter distintivo, combinando privacidad con una estética abierta.
Una de las características específicas de la carpintería es una abertura en forma de O, el corte en la pared que proporciona una vista desde el vestíbulo de entrada hacia la sala de estar, ampliando visualmente el pasillo. Al mismo tiempo, funciona como mueble de entrada y como parte de la mesa del comedor.
Otro elemento de carpintería destacado en el interior es un portal que pasa de la zona de estar a la zona de dormitorio. Llama la atención con un lavabo, colocado de forma poco convencional fuera del baño, que añade un elemento de diseño único y distintivo al espacio. Este enfoque amplía la comprensión tradicional de la distribución del apartamento, ofreciendo un flujo más abierto entre las zonas.
Un aspecto clave de la distribución es la visión general creada por ambas aberturas, que conectan el vestíbulo de entrada con la sala de estar, la cocina y el área del dormitorio. Esto crea una conexión visual fluida entre las zonas funcionales del apartamento, mejorando la sensación de amplitud y apertura. Gracias a las generosas superficies de vidrio y las ventanas de gran formato en la cocina y la sala de estar, toda la sala de estar se conecta a la perfección con la terraza con vista al canal, lo que permite que la luz fluya por toda la profundidad del interior.
La cocina representa un papel central en la vida familiar, actuando como el centro del apartamento donde las interacciones sociales se combinan con la practicidad. Una isla de cocina central, como punto focal del espacio, sirve no solo como superficie de trabajo sino también como un punto de reunión natural. Complementando esto, hay una «cocina negra» integrada, un espacio oculto donde las necesidades prácticas del hogar se pueden ocultar con elegancia, manteniendo una estética minimalista, limpieza y funcionalidad sin alterar el diseño general.
La madera natural y los colores neutros suaves, junto con acentos de rosa vintage atemporal y verde pastel, crean una atmósfera armoniosa y agradable. Las líneas limpias y los tonos cálidos promueven un entorno de vida acogedor pero moderno. Acentos inusuales, como tiradores en forma de X y dos líneas horizontales de pinturas contrastantes en diferentes habitaciones, ayudan a mantener una continuidad visual del diseño en todo el apartamento. Una obra de beef architekti.
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