Oblumo, las luminarias de Magdalena Boggiano

De las artes plásticas a crear Oblumo, una empresa que superó las dos décadas diseñando y produciendo luminarias. Magdalena Boggiano lanza la línea Maja, que ya tiene premio internacional.

Luego de haber estudiado un poco de Arquitectura, de Bellas Artes e Historia del Arte, Magdalena Boggiano se preguntaba de qué iba a vivir. Un día tomó papel barrilete, cola vinílica, y cubrió un globo. Cuando la cartapesta se secó, nació la primera lámpara. Enseguida, ya estaba probando el armado de diferentes estructuras con alambre, y empezó a recibir encargos para hacer todo tipo de figuras en papel vegetal, iluminadas por dentro.

En el año 2000 vendrían las lámparas en polipropileno bajo su firma Objetos Luminosos, las primeras ferias mayoristas y muy pronto, la exportación a Japón. Luego de años de experimentar y producir luminarias con distintos materiales llegó a la madera torneada, y hoy su marca se llama Oblumo. Con varios productos distinguidos con el Sello de Buen Diseño argentino y la Etiqueta CMD, acaba de lanzar la línea Maja, cuyo diseño tiene premio internacional. Y lo más importante: Magdalena Boggiano logró armar y dirigir su propia empresa, que ya lleva 22 años.

UNA LUMINARIA VESTIDA

Maja es una luminaria plegable, compuesta por recortes de MDF laqueado que se unen con un género que actúa como bisagra. Sin necesidad de otros elementos de fijación, las dos versiones (colgante y de mesa) y los tres tamaños de lámparas se arman muy fácilmente, con la ayuda de instrucciones sencillas.

“¿Viste los individuales de tela con tablitas? Creo que de ahí se me ocurrió usar esos materiales para armar una pantalla. Después pensé cómo sostenerlos para que no se deslizaran y surgió la forma de cono. También sumé una piecita interna para que la pantalla calce bien. Todo viene desarmado en una caja”, explica Magdalena mientras arma rápidamente la Maja más pequeña color mostaza satinado, y aclara que negro brillante y blanco mate serán las otros colores disponibles.

Las primeras Maja fueron de acrílico y bronce, y habían sido presentadas en 2019, en la Galería de Diseño de DaRA y en el Espacio Barenboim del CCK. Y en 2021, en el Marq. Pero fue recién a partir de recibir el European Product Design Award (EPDA) en la categoría iluminación, que Oblumo decide sumar la línea a su catálogo.

DEL POLIPROPILENO A LA MADERA

Uno de los primeros diseños de Objetos Luminosos fue la lámpara Dondo, que desde el 2005 es uno de los productos más vendidos de la cadena Morph. Son 12 pentágonos con orejitas que también vienen con instrucciones para armar, que nacieron de investigar la técnica del origami en los libros de la Embajada de Japón, dibujar a mano con transportador y compás, encontrar en las tapas de las carpetas Clingsor el material ideal, y probar, probar y probar.

El diseño había sido tan exitoso, que fue archi copiado, y hasta en el canal de cable Utilísima enseñaban cómo armar una Dondo. “Había pasado a ser un bien popular, un diseño de dominio público. Cuando viajé a China en 2015, también la vi por todos lados. Pero eso fue como un honor para mí, porque si ellos te copian, quiere decir que funciona”.

+¿Cómo llegaste a la madera?
Si bien la Dondo se vendía un montón, y llegué a tener unos 30 modelos de lámparas en polipropileno, me empecé a dar cuenta de que había un techo. Entonces hicimos unos trípodes, les pusimos una pantalla tradicional y empezamos a vender como locos. Pero eran productos que no me enamoraban. Y en algún momento empecé a trabajar con una tornería que quedaba cerca. La madera es hermosa; es un camino de ida… Y utilizamos cedro misionero proveniente de árboles que fueron plantados específicamente para ser utilizados en la industria maderera.

+La madera llega de Misiones, ¿y cómo sigue el proceso productivo?
El camión va directo al tornero, y luego las lámparas se dejan a la luz para que se intensifique el color. Las piezas se seleccionan, se ensamblan, y se les da la terminación, que puede ser con cera para proteger la madera (y para que no se ensucie cuando la agarres), o terminación negra.

+¿Qué otros proveedores y procesos intervienen en el resto de las líneas?
Además de la madera, están el repujado en metal, el caño de metal, el corte láser, el niquelado, el vidrio, las pantallas (que involucran telas, un plastificador, el que hace el bies, el pegamento, los armazones, el armador). Todas las lámparas llevan muchas piecitas, y todo puede fallar y llegar diferente a lo que se suponía que ibas a recibir. Me ha pasado de decir “no quiero producir más en mi vida”. Pero ya le encontramos la vuelta, porque nos quedamos con los proveedores buenos, y una clientela que valora la calidad.

+¿Sólo vos diseñás en Oblumo?
Sí, siempre diseñé sola, aunque opinan todos… (risas). Pruebo, recorto: lo que más me divierte es investigar. Ahora tengo una especie de hermanita menor que llamo Oblumo Selección, donde agrupo los productos que no se venden bien en mayorista porque son demasiado caros, prototipos, o piezas únicas que decidí no producir. A veces tengo ganas de hacer piezas aunque sean caras y las pongo ahí.

DE TRABAJAR EN CASA A LA EMPRESA PROPIA

Cuando empezó a exportar a Japón, Magdalena trabajaba en su casa, un departamento de dos ambientes con patio: su cuarto estaba en el entrepiso, y la otra habitación era la oficina-taller llena de cajas, donde armaba las lámparas y recibía los pedidos via fax.

Hoy, Oblumo ocupa un caserón estilo francés en Paternal, con vitrales, escalera de madera impecable y pisos de parquet. ¡Hasta el baño es soñado! Y sus empleados -Milagros y Oscar en el taller y Natalia en administración- están hace más de diez años. “Busco generar un buen clima de trabajo, porque estamos juntos muchas horas al día, más que con nuestras familias. Lo mismo con los proveedores y clientes”.

+¿Cuál es la clave para producir y sostener una empresa propia?
Para mí, es lograr hacer equipo con los proveedores y los distribuidores. Puede pasar que una lámpara tenga una falla eléctrica, y nos hacemos cargo. Puede que una madera se raje porque trabaja y no estaba del todo seca, y la cambiamos. De la misma manera, exigimos calidad a nuestros proveedores. Vendemos sólo al por mayor en casas de decoración e iluminación de todo el país y también exportamos. Nuestra clientela es de hace muchísimos años. Queremos que el cliente no tenga problemas y el consumidor esté feliz.

+Bastante bien para venir de las artes plásticas…
Yo seguiría con mi tallercito y las lámparas de papel. Pero el proyecto tomó vida propia, encontré buena gente, un buen contador, buenos empleados. Busco armar buenos vínculos para que la gente me responda. En los últimos 8 años logramos organizarnos; hubo una maduración de la empresa. Y además, es entender el mercado. Vamos agregando diseños y retirando de la venta los que menos se venden. Pero a veces trato de correrme un poco de lo más estándar, e ir armando un catálogo más original. En ese camino surgió Maja, que me parece un producto bien original… +